(Family Features) Si bien la mayoría de los padres son buenos para hacer un seguimiento de las vacunas que sus hijos necesitan para mantenerse saludables, muchos adultos no se dan cuenta de que las vacunas también son importantes para mantenerse saludables para el corazón.
Los adultos, especialmente aquellos con antecedentes de enfermedad cardíaca o ataque cerebral, deben tomar medidas para mantenerse al día con las vacunas preventivas, en particular, con las vacunas gripe y contra el COVID-19.
Influenza: Si bien muchas personas experimentan solo algunos días dolores y escalofríos, la gripe puede ser mortal para algunos, incluidos los niños pequeños, los ancianos y las personas con afecciones crónicas como enfermedades cardíacas, ataque cerebral y diabetes. También se han realizado investigaciones que relacionan la infección de la gripe con la enfermedad cardiovascular. Vacunarse contra la gripe no solo puede prevenir esta enfermedad, sino que también puede reducir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un ataque cerebral
De hecho, un estudio publicado en “Stroke” descubrió que, entre un grupo de personas hospitalizadas por diversas razones, aquellas personas que experimentaron una enfermedad similar a la gripe al mes siguiente de su hospitalización tenían un 38 % más de probabilidades de sufrir un ataque cerebral. Recibir la vacuna gripe dentro del año anterior a la hospitalización redujo el riesgo de ataque cerebral de una persona en un 11 %.
“Vacunarse anualmente contra la gripe debe ser parte de la atención médica de rutina para todas las personas, especialmente para las personas que ya viven con afecciones crónicas que las ponen en mayor riesgo de sufrir ataques cardíacos o ataque cerebral”, expresó Eduardo Sánchez, MD, MPH, FAHA., director médico de prevención de la American Heart Association “Las complicaciones potencialmente graves de la gripe son mucho mayores para las personas con enfermedades crónicas. Esto es cierto no solo para las personas mayores, sino también para las personas de 50 años o menos que tienen antecedentes de hipertensión, enfermedades cardíacas o diabetes”.
COVID-19: Al comienzo de la pandemia, la American Heart Association estableció el Registro de enfermedades cardíacas por COVID-19, que descubrió que las personas con o en riesgo de enfermedad cardiovascular tenían más probabilidades de infectarse y morir a causa de COVID-19. Además, la investigación descubrió que muchas personas experimentan enfermedades cardíacas y vasculares después de contraer COVID-19.
Un estudio del registro publicado en “Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology” descubrió ataxia cordis de nueva aparición en 1 de cada 20 pacientes hospitalizados con COVID-19. Además, la investigación también descubrió que las personas hospitalizadas con COVID-19 tenían un mayor riesgo de ataque cerebralen comparación con las personas que tenían enfermedades infecciosas similares, como influenza o septicemia.
“No podemos enfatizar lo suficiente las conexiones entre el COVID-19 y las enfermedades cardiovasculares”, dijo Sánchez. “Existe evidencia clara de que las personas que tienen enfermedades cardíacas y vasculares e incluso aquellas con factores de riesgo de enfermedad cardiovascular tienen más probabilidades de contraer COVID y de tener complicaciones más graves por el virus”.
Otras vacunas: Si bien las vacunas antigripal y contra el COVID-19 son de suma importancia, hay una serie de otras vacunas que pueden ayudar a mantener la salud del corazón de las personas.
- La vacuna neumocócica protege contra una causa común de neumonía grave y es especialmente importante para las personas mayores de 65 años y otras personas con ciertas afecciones médicas subyacentes. Este tipo de neumonía puede ser mortal, especialmente para las personas que ya corren un alto riesgo de sufrir complicaciones de salud, incluida la enfermedad cardiovascular. Por lo general, una vacuna es buena durante varios años, aunque es posible que necesite una segunda vacuna posteriormente, según la edad que tenía al recibir la primera.
- La culebrilla, una infección viral causada por el virus de la varicela, se ha relacionado con un mayor riesgo de ataque cerebral. Más del 99 % de las personas de 40 años o más en los Estados Unidos pueden ser portadoras del virus de la varicela latente, también conocido como virus de la varicela-zóster, y ni siquiera darse cuenta.
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SOURCE:
American Heart Association